Matiz Vino y Sabor

lunes, diciembre 17, 2007

LA IMPORTANCIA DE LA TEMPERATURA EN LOS VINOS




Es importante no olvidar que el vino no tolera cambios bruscos de temperatura, si lo sometemos a un cambio brusco el proceso es irreversible, ese vino nunca mas vuelve a ser el mismo. La temperatura de servicio de un vino tiene gran importancia, ya que determina la percepción que tenemos de sus aromas y sabores.

Hay que tener en cuenta que el vino se calienta 2C, cada 15 mins. En una habitación a 25C. hay dos tipos de termómetros, los que se introducen dentro del vino en la botella o en la copa y los externos, que se adhieren al vidrio, pero estos no son muy eficaces, ya que la botella por la parte externa va a marcar 4 grados mas de los que hay adentro, y en el caso de las botellas de Champagne se acentúa el problema por que el vidrio es mas grueso, y la diferencia de temperatura va a ser de 7 grados mas o menos.

ENFRIANDO EL VINO


La forma correcta de enfriar una botella es en una cubitera con agua y hielo, muchas veces cometemos el error de llenar la cubitera solo de hielo, pensando que como es mas frió que el agua el vino se va a enfriar mas rápido, pero no funciona de esta manera ya que no se enfriaría tan rápido por que hay menos superficie de contacto. Y jamás lo ponga en el congelador.

CALENTANDO AL VINO

Un error que solemos cometer al servir un vino tinto es que lo queremos llevar a la temperatura ?chambre?, palabra y costumbre francesa, pero tenemos que tener en cuanta que tenemos climas distintos, en Cali no es necesario calentar el vino, al contrario debemos bajarle la temperatura a este, llevarlo a 18 C, y en algunos casos a 12 o 14 C.

Blancos jóvenes 8C
Blancos dulces 6C
Champagne 8 C
Blancos con cuerpo 10 12 C
Oporto y Madeira 13 14 C
Rosados 10C
Tintos ligeros 12 14 C
Tintos de medio cuerpo 16C
Tintos con cuerpo 18 C

En el caso del Champagne es importantísimo que la temperatura sea exacta, ya que la diferencia de los champagne con los vinos blancos es que los primeros tienen burbuja y queremos que esta se mantenga en la copa, y si los servimos a mas de 10 C la burbuja se escapa, estropeando el trabajo de años del enólogo.

Por debajo de 6 C la lengua ya no siente nada.

Este es un pequeño truco para cuando tengamos un vino que sepamos que no es muy bueno o que presenta defecto le bajamos la temperatura mas de lo normal y se enmascaran los defectos, lo mismo para el tinto o el blanco.

PREMIOS WINE SPECTATOR’S TOP 100 AT A GLANCE 2007

ROBERT MONDAVI CABERNET SAUVIGNON RESERVE 2004 NOVENO EN PUNTUACION WINE SPECTATOR'S CON 95 PUNTOS

Escrito por admin el Tuesday, 4 de December del 2007 a las 3:19 pm

RANK SCORE PRICE WINE
POSICIÓN PUNTUACIÓNR PRECIO VINO

1 98 $80 Clos des Papes Châteauneuf-du-Pape 2005

2 95 $35 Ridge Chardonnay Santa Cruz Mountains Santa Cruz Mountain Estate 2005

3 95 $49 Le Vieux Donjon Châteauneuf-du-Pape 2005

4 95 $79 Antinori Toscana Tignanello 2004

5 95 $60 Two Hands Shiraz Barossa Valley Bella’s Garden 2005

6 95 $90 Château Léoville Las Cases St.-Julien 2004

7 97 $150 Tenuta dell’Ornellaia Bolgheri Superiore Ornellaia 2004

8 95 $80 Mollydooker Shiraz McLaren Vale Carnival of Love 2006

9 95 $125 Robert Mondavi Cabernet Sauvignon Napa Valley Reserve 2004

10 99 $250 Krug Brut Champagne 1996

11 95 $88 Bodegas Muga Rioja Torre Muga 2004

12 96 $70 Domaine du Pégaü Châteauneuf-du-Pape Cuvée Réservée 2004

13 100 $175 Valdicava Brunello di Montalcino Madonna del Piano Riserva 2001

14 97 $45 Joh. Jos. Prüm Riesling Auslese Mosel-Saar- Ruwer Wehlener Sonnenuhr 2005

15 95 $40 Sbragia Family Chardonnay Napa Valley Gamble Ranch Vineyard 2004

16 93 $25 Schild Shiraz Barossa 2005

17 93 $35 Orin Swift The Prisoner Napa Valley 2005

18 96 $48 Bodegas LAN Rioja Edición Limitada 2004

19 97 $62 Kosta Browne Pinot Noir Sonoma Coast Kanzler Vineyard 2005

20 94 $52 Domaine du Vieux Télégraphe Châteauneufdu- Pape La Crau 2004

21 97 $65 Didier Dagueneau Pouilly-Fumé Pur Sang 2005

LAS NOVEDADES DE VINEXPO


Con cuentagotas, ¡es lo 'fashion'!

Los profesionales del vino y de los destilados rivalizan en imaginación para lanzar productos innovadores, adaptados a las nuevas modas de consumo de una clientela más joven e internacional: mini-briks, latas, botes... Vino en mini-brik con pajita incorporada, aguardiente en cápsulas de diseño multicolor y nuevas gamas de vino sin alcohol. Estos son algunos de los productos de última generación que se han exhibido en Vinexpo, el mayor salón mundial de vinos y alcoholes, celebrado la pasada semana en Burdeos.

Buenos vinos americanos son difíciles de encontrar

Muchos excelentes vinos son producidos en los Estados Unidos. California produce algunos vinos excepcionales que rivalizan a las mejores vendimias francesas, italianas y alemanas. Desafortunadamente, la mayoría de los restaurantes estadounidenses ofrecen solo una selección limitada de vinos mediocres. La mayoría de camareros y vendedores de bebidas no entienden de vinos y no pueden recomendar las mejores opciones. El vino favorito que ofrecen en los restaurantes americanos es el Zinfandel blanco, un vino dulce de baja calidad. Solo restaurantes de mejor calidad ofrecen una buena selección de vinos de calidad.

Napa Valley
Napa Valley, California

California es el principal campo viñedo

Cada estado en los EEUU produce algunos vinos. La mayoría de estados produce por lo menos unos cuantos buenos vinos. Solo los estados de California, Oregon y Washington producen muchos vinos excelentes incluyendo algunos excepcionales. California es el principal productor de vinos en los EEUU con miles de viñedos y muchas variedades de excelentes vinos.

Los principales vinos de California

California está bendecida con un clima y geografía maravilloso que hace de éste un lugar ideal para crecer muchas variedades de uvas de vino. El Cabernet Sauvignon de California es el famoso vino tinto de cuerpo-entero hecho de la tradicional uva de Burdeos. El Chardonnay de California, hecho de las mismas uvas utilizadas en el Borgoña Blanco Francés y la Champaña, es un maravilloso vino blanco seco de excelente sabor y complejidad.

Uva de Vino
Uva de Vino

Zinfandel Rojo, un verdadero vino Americano

La uva de Zinfandel es una uva de vino única Americana que probablemente fue importada a los EEUU hace por lo menos 200 años. Estas uvas desafortunadamente se utilizan para hacer muchos de los muy populares y mediocres Rosés dulces llamados "Zinfandel Blanco" o "Blush Zinfandel". Los vinos Zinfandel Rojo son vinos tintos de cuerpo mediano a entero con sabores maravillosamente complejos de baya. Algunos de ellos son excepcionales y frecuentemente están a muy buen precio en muchos restaurantes finos.

Otros Buenos vinos

Algunos excelentes Pinot Noir están disponibles desde California del Norte y Oregon. Los vinos blancos, maravillosamente ligeros, están hechos de la uva de Sauvignon Blanc y Chenin Blanc en California, Oregon y Washington. El estado de Washington también produce algunos excelentes Rieslings Blanco similar a los vinos alemanes más finos. California produce buenos vinos burbujeantes y muchos viñedos de California están empezando a producir algunas variedades típicas de Rhone e Italia tales como Grenache, Gamay y Sangiovese.

Escogiendo los mejores vinos

Es muy difícil elegir los vinos de mejor calidad en los EEUU a menos que conozca la reputación de los productores de vino. El concepto de terroir no es utilizado en la fabricación de vinos en los EEUU. El Valle del Napa y el Valle de Sonoma, son las regiones más famosas de vino de California, producen muchas variedades diferentes y vinos de diferentes grados. Los años de añejamiento no son muy importantes en California ya que muchos de los mejores vinos son usualmente producidos cada año. El precio definitivamente no es un confiable indicador de calidad o valor. Si usted no está familiarizado con los nombres de los mejores productores en los EEUU, pregunte a un mesero informado o al vendedor en los almacenes de vino especializadas.

Precios de vinos

Los mejores vinos están usualmente disponibles a la venta en almacenes especializados de vinos, pero no en supermercados o pequeña tiendas locales de bebidas. Están disponibles en finos restaurantes pero al doble del precio de venta del almacén. Los vinos comunes de mesa se venden de $5 a $10 el litro y algunos de ellos pueden ser sorprendentemente buenos. Los vinos finos de excelente calidad pueden comprar de $10 a $20 por litro si usted sabe que productores ofrecen el mejor valor. Los vinos de superior calidad se venden a $20 o más por litro.

Escrito por: Mike Leco

CONCLUCIONES CATA DE MERLOT-MERLOT

POR Patricio Tapia


¿Cuánto de merlot hay en realidad en todas esas botellas que dicen merlot? No lo sabemos. Desde que en 1994 se descubrió que lo que se creía merlot era en realidad carmenere, muchas viñas se asustaron ante el panorama de tener que vender una cepa que nadie conocía. Hoy hay más consumidores que la conocen, pero aún no al nivel del merlot. Esa es la explicación que se nos ocurre para que las viñas insistan en etiquetar cosas que no son.

Con ese tema en mente, pero también con la idea de ver hasta dónde ha llegado el merlot en Chile, el panel de cata de Wikén se enfrentó a la tarea de catar nada menos que treinta muestras disponibles en el mercado en un rango de entre $5.000 y $7.000. El asunto comenzó muy bien, porque en la primera serie el merlot era el que mandaba con sus notas dulces, su ausencia de aromas vegetales, su cuerpo ligero y su textura suave. Luego, con el pasar de las muestras, el asunto de la confusión se hizo más patente y los carmenere se mostraron con sus notas a pimentón. Muchos fueron eliminados porque no nos dijeron nada y otros, como el Cono Sur, sí quedaron porque eran buenos vinos.

En cuanto al merlot–merlot, creemos que hemos dado con algunas sorpresas y que esta cepa puede tener vida y potencial. Todavía a una escala muy reducida, nos alucinaron los merlot de Odfjell y Morandé, dos ejemplos en donde la sutileza y la complejidad aromática marcaron la pauta de cómo tiene que ser el merlot, al menos para comenzar. Delicadeza antes que sólo fuerza, elegancia antes que cuerpos a lo luchador de sumo. Esa es la idea.

domingo, diciembre 16, 2007

Haga su propia cava

Haga su propia cava

Las son simples. Lo dicen dos expertos en vinos, el periodista Patricio Tapia y el sommelier español Pascual Ibáñez, quienes entregan aquí sus mejores datos para convertirse en un experto en cavas.


POR ISABEL PLANT

El vino está vivo. Cambia, respira, envejece. Por eso el de hoy no será igual en cinco años; lo que ocurre a su alrededor y el paso de los años inevitablemente lo afecta. Hacerlo envejecer con madurez y encauzarlo hacia su plenitud no es difícil: sólo exige cumplir ciertas reglas, y tener una cuota de suerte.

Partamos con lo básico. El vino se guarda de manera horizontal. Así se mantiene húmedo el corcho: si se seca, se encoge y le entra aire a la botella. Entonces usted dejaría de hacer vino y se convertiría en productor de vinagre. Un tip: la etiqueta, para arriba. Eso permite saber cuál es cuál y no tener que estar moviendo las botellas. Porque el éxito de la cava también depende de la paciencia: el vino que ya está acostado, no se mueve más.

Sin intención de confundir, existe una posibilidad de guardar vertical: el screw cap (tapa rosca, que por su cerrado hermético elimina la amenaza de oxidación y el riesgo de contaminación, además conserva mejor los aromas y sabores). Como no hay que humedecerlo, no hay necesidad de acostarlo. De hecho, mejor si la botella está de pie, así el vino no está en contacto con ninguna superficie. "El screw cap es una tendencia mundial. Yo creo que si el vino es bueno, igual lo guardaría", dice Patricio Tapia.

Pasemos a la temperatura. El vino debe mantenerse siempre a una temperatura constante, para que no se contraiga ni se expanda. Así que un termómetro es vital. Patricio Tapia recomienda tenerlo entre 18 y 20 grados, mientras que Pascual Ibáñez sugiere quedarse alrededor de los 15. En otros manuales se puede encontrar que el ideal ronda entre los 12 y 16. Lo más importante en este caso es que el grado se mantenga. A mucho calor, el vino se desarrolla muy rápido (y eso no es bueno), y a muy bajas, muy lento. De nuevo, paciencia.

De la mano de la temperatura va el control de la humedad. No puede bajar mucho, porque entonces el corcho se va a encoger y deja entrar aire. Vinagre, otra vez. Y mucha humedad va a echar a perder la etiqueta y tampoco es recomendable. La ideal: 70%. ¿Cómo se eleva de manera simple? Con un cubo de agua en el lugar. Se evapora y lo mantiene húmedo.

Desde un clóset a una pieza en desuso sirven para esta empresa personal. Lo más importante es mantener al vino alejado de dos de sus enemigos fatales: la vibración y la luz. Al vino no hay que moverlo, y la vibración (por ejemplo, porque está debajo de la escalera), acelera el proceso. La luz también. Así que su cava no puede estar cerca de una ventana. "Son las mismas condiciones con que uno se pega la siesta. A nadie le gusta que le metan ruido, que le muevan la cama, ni que le llegue el sol en la cara", ejemplifica Patricio Tapia.

Siguiendo estos básicos - horizontalidad, temperatura, vibración, luz y humedad- , está en camino a descorchar. Falta uno: los olores. Cortesía de Pascual Ibáñez: "Con el tiempo de guarda y a través del tapón pasarán al vino todos los efluvios presentes en el ambiente".

Así es que, con un lugar limpio y sin olores, sólo nos falta lo más importante: el vino.

De compras. Probar y comprar. Ésa es la recomendación. Si a usted le gusta un vino, y cree que puede envejecer, compre un par de botellas extra, guárdelas y vaya descorchando de a poco. No todos los vinos se tienen que guardar por décadas, perfectamente uno comprado ahora puede llegar a su plenitud en tres, cuatro o cinco años más. Ese punto óptimo en los tintos es la concentración y el gusto a fruta. "Que la fruta no huela a dulzón y huela fresco. En vez que a mermelada de ciruelas, a guinda fresca", dice Tapia. Y están los taninos: ojala que estas sustancias astringentes y amargas tengan una presencia más bien alta en el vino que se va a guardar. "Que se perciba a la vez una fruta viva y no tan madura con un punto de acidez más bien vivo y que haga salivar. Visto así suena a un vino algo duro de consumir, no listo para tomar efectivamente, pero es una buena clave para que el tiempo ensamble todo", dice Ibáñez.

Ya que los expertos experimentan, qué tiene de malo copiarles. Ellos sugieren, entre los vinos de precios más módicos, que se pueden guardar hasta unos 5 años, el Carmen cabernet sauvignon Nativa 99 y el cabernet sauvignon reserva Anakena 2005.

Para guardar 10 años, Robert Mondavi Winery el Casa Real Santa Rita 2002, el Don Melchor de Concha y Toro 2004, el Domus Aurea cabernet sauvignon de Quebrada de Macul 2003, el Clos Apalta de Casa Lapostolle 2003, el Lota de Cousiño Macul 2004, el Altair 2003, el Grand Cru de Chateau Los Boldos 2002 y el AlmaViva 2003.

Los blancos también se pueden guardar, pero sólo hasta unos tres años. ¿Escogidos? Los sauvignon blanc Golden Harvest de Viña Morandé 2000 ($15.500 aprox.), Casa Marín Cipreses, Terrarum de Morandé 2005 y Terrunyo de Concha y Toro.

Cada uno puede buscar los suyos, claro. Lo importante es que sean vinos muy frescos y astringentes, para que la guarda realmente los beneficie. El tiempo de guarda depende de las cepas, pero no se puede generalizar en este punto. Los cabernet sauvignon son los que más duran en guarda, los blancos no duran más de un año por lo general.

Y una aclaración importante: los vinos chilenos todavía no tienen el nivel para ser guardados por décadas. Diez años es lo máximo, después comienzan una curva descendente. ¿Cómo saber cuando está listo? Siempre es una apuesta. Pero el riesgo es parte del encanto de la experimentación. Como dice Patricio Tapia: "El mejor momento para abrir un vino no es físico, sino espiritual".

Pilar Rodríguez, experta en maridaje: La chef del vino chileno

Cuando cumplió cuarenta años dejó su trabajo como encargada de marketing de Tommy Hilfiger para Latinoamérica y se matriculó en la exclusiva escuela de cocina francesa Cordon Bleu. Diseñadora de profesión y cocinera de espíritu, ahora tiene un centro de cocina en Santa Cruz, donde crea los platos para que las principales viñas de Colchagua presenten sus vinos en Chile y en el extranjero.


Por: Juan Luis Salinas T. Fotografías: Carla Dannemann

Pilar Rodríguez adora el campo. Las hierbas recién cortadas. Las verduras frescas. Los incipientes racimos de uvas que crecen en los viñedos que dominan el paisaje, que se observa por los ventanales de su centro de cocina, ubicado en las afueras de Santa Cruz. "Creo que no podría hacer mi estilo de cocina en ningún otro lugar que no fuera aquí, lejos de la ciudad. Éste es el espacio que necesito para hacer lo que me gusta: platos naturales y en los que los ingredientes se muestren tal como son. Es decir, comidas nada de rebuscadas y sin tanta pretensión. Quiero que tengan frescura y dejen una sensación agradable", comenta la chef que se ha ganado el respeto de las principales empresas vitivinícolas nacionales. Viñas que la eligen a la hora de armar las preparaciones con que presentan sus principales vinos en Chile y en el extranjero.

Aunque no le gusta reconocerlo, actualmente Pilar es la chilena más avezada en el complicado arte del maridaje. Su talento para combinar el gusto de sus creaciones culinarias con los vinos la ha llevado a trabajar con una veintena de viñedos nacionales, en su mayoría del valle de Colchagua. Entre sus principales clientes destacan Los Vascos, Montes, Casa Lapostolle, San Pedro y Viña Viu Manent, para la que además desarrolló el menú de su restaurante La Llavería. Además de ser la encargada de realizar los distintos festivales gastronómicos con que ProChile presenta los vinos chilenos en diferentes capitales del mundo.

"Mi trabajo consiste en desarrollar platos que sean la plataforma ideal para que las cepas –creadas minuciosamente por las viñas y por sus enólogos– puedan resaltar todas sus características esenciales, sus taninos, su cuerpo... Los vinos necesitan de preparaciones limpias, nada de platos arquitectónicos. Hay que buscar menús que no les compitan y que los muestren tal como son. Cada cosecha es diferente y eso te obliga a trabajar el doble. El secreto es hacer un puente de unión entre el plato y la nota saliente de un cepaje", asegura Pilar, que rechazó la idea de los cocineros superestrellas que sueñan con instalarse con su propio restaurante y apostó por la tarea de "interpretar" con sus platos "la maravilla del vino".

De la moda a la cocina

Pilar Rodríguez tiene 46 años y llegó a la cocina a los cuarenta, buscando una nueva forma de vida. Una actividad que la llenara internamente. Diseñadora titulada en la Universidad de Chile, durante quince años desarrolló una importante carrera en el negocio internacional. Primero en Nueva York como diseñadora freelance de la marca de jeans Wrangler y luego en Panamá, donde trabajó una década como directora de marketing de Tommy Hilfiger para Latinoamérica y el Caribe. Un puesto que, además de entrenarla en el mundo de los negocios internacionales, le permitió recorrer todo el continente y empaparse de sus culturas, y satisfacer la curiosidad gastronómica que íntimamente escondía tras su estampa de ejecutiva fashion.

"Tengo sentimientos encontrados con esa época de mi vida. Por un lado me pareció un reto fascinante, porque entré a la compañía cuando estaba en pleno proceso de expansión y fui la encargada de vigilar cada detalle de las tiendas que abría en las principales ciudades de esta parte del mundo. Vivía viajando cuatro veces al año a casi veinte países. Aunque me entretenía viendo todo lo nuevo que cada temporada tenían para ofrecer, me sentía una nómada y vivía estresada", recuerda mientras acomoda distintos brotes de menta, hinojo y cilantro sobre una fuente en la enorme mesa blanca donde realiza las largas horas de degustaciones con sus clientes.

El cambio de switch llegó en 2000, una semana después de inaugurar un nuevo local del creador estadounidense en Buenos Aires. Sintió que había terminado una etapa; que había tocado techo y necesitaba embarcarse en un proyecto nuevo.

Su primera opción fue hacer un MBA para oficializar académicamente todo lo que ya conocía, pero luego de una conversación navideña con su hermano mayor cambió de planes. "Me dijo: mírate la cara que tienes, vives una vida loca, cómo vas a seguir en ese mundo. Tienes que hacer algo diferente, estudiar arte o cocina, que siempre te han gustado". A Pilar la idea le quedó dando vueltas y además de postular a una reconocida escuela de negocios, también llenó una solicitud para entrar a L' École de Cuisine et de Pâtisserie Cordon Bleu en París. Lo dejó a la suerte y entraría a la que respondiera primero. La escogida fue la escuela de cocina francesa.

"Fue la mejor decisión que pude tomar. Estudié durante dos años en una escuela donde se respiraba cocina y me saqué la mugre para aprender todo. Como obtuve el segundo premio de mi promoción, tuve la posibilidad de escoger al maestro con quien podía hacer mi práctica. Me quedé con el chef Christian Le Squer, dueño del restaurante Ledoyen que acababa de conseguir su tercera estrella en la guía Michelin. Tuve que ganarme mi lugar porque su equipo estaba formado mayoritariamente por hombres. Para lograrlo hice de todo. Desde lavar lechugas hasta desplumar codornices".

La seducción del vino

Pese a su buena experiencia en Francia, Pilar a fines de 2002 volvió a Chile para armar su propio proyecto gastronómico. Al principio quiso probar suerte en Santiago, pero luego comprendió que la única posibilidad que le ofrecía la capital era trabajar en un restaurante. La idea de crear cartas cada temporada y la competencia por tener llenas las mesas, le recordó su trabajo en la moda y decidió alejarse de la capital. Se fue a Pichilemu, donde vivía su mamá, y se maravilló con todo lo que estaba sucediendo alrededor del vino en esa zona.

"Años antes mi madre me lo había comentado, pero fue en ese momento cuando se me ocurrió que se podía armar un cuento entre la comida y el vino. En Cordon Bleu había aprendido lo suficiente, porque tenían una visión integrada de los dos mundos. Era básico saber de los nuevos vinos, de cómo combinarlos con los platos, para que ninguno opacara al otro. Y eso no lo veía acá, especialmente entre los mismos industriales del vino que entonces mostraban sus caldos estrella con asados y ensaladas, porque era lo criollo. No entendían que un plato errado puede destruir un gran vino, si por ejemplo sirves una comida muy picante con cualquier cepa premium, al final sólo te vas a recordar de lo fuerte de la comida".

Con esa idea, se asoció con su hermano menor Andrés y comenzaron a golpear las puertas de las viñas de Colchagua. "Los dos hablábamos del concepto de maridaje y nos miraban con cara de locos, pero fuimos enviándoles menús, ofreciéndoles degustaciones sin ganar nada y terminaron entendiendo la idea. Las primeras viñas fueron Bisquert y Viu Manent, y después prendieron todas las demás", dice Pilar, quien en los últimos tres años ha presentado vinos nacionales en Buenos Aires, Toronto y Washington, donde incluso preparó un menú especial para una cena que la embajada chilena le ofreció a Plácido Domingo.

Hace unos meses una revista estadounidense le dedicó un reportaje especial y viajó un equipo de cinco personas a fotografiar su estudio de cocina y las diferentes viñas con las que trabaja en Colchagua. "Es una labor muy compleja porque tengo que hacerlo todo directamente con los enólogos. Es una experiencia alucinante. Hay que saber cada detalle de su historia, cómo fue el año de su cosecha, saber durante cuánto tiempo estuvo en barrica", recalca la chef.

Para Pilar, la principal regla de su trabajo es respetar el alma de la cepa que cada viña desarrolló. "Se trata de hacer menús que resalten los atributos que ya tiene, no ocultar sus defectos. Aunque eso no es problema porque los varietales chilenos cada vez son mejores. La tarea ahora es mejorar nuestra gastronomía, ser más críticos ante lo que ofrecemos los cocineros. Es tiempo de ser honestos y dejarnos de armar platos presuntuosos. Prefiero comerme un cebiche bien hecho en un plato redondo, con pescado fresco, que cualquiera de esas construcciones armadas magistralmente con adornos y rayitas al lado". ya

Cada cepa con su comida

Estas son algunas recomendaciones que entrega Pilar Rodríguez para lograr con las cepas básicas un buen maridaje. Un matrimonio bien avenido entre comida y vino.

Sauvignon Blanc: Como esta cepa tiene cierta acidez interesante, es perfecto para acompañarlo con productos frescos como mariscos o pescados crudos. Es ideal para un buen cebiche, no para el sushi; por su ácido no se complementa con el arroz. También con sopas heladas de pepino o tomate.

Merlot: Es una cepa de cuerpo más liviano dentro del universo de los tintos. Queda perfecta con carnes blancas como pollo o un conejo escabechado. También funciona con pastas con salsas de tomates.

Cabernet Sauvignon: Esta cepa de tinto es más potente, densa, con aromas complejos y un color profundo, se homogeniza con una carne roja a punto, porque les hace el peso a las proteínas cárnicas.

Chardonnay: Lo defino como un blanco que tiene baja acidez y posee un cuerpo más amantequillado. Funciona para mariscos cocidos: machas a la parmesana, un chupe de mariscos o una centolla con una salsa de mandarina.

Juan Luis Salinas T..

lunes, septiembre 24, 2007

LOS ENOLOGOS NO SIEMPRE HACEN LO QUE GUSTA, HACEN LO QUE EL MERCADO LES EXIGE

Por Patricio Tapia

Los enólogos, muchas veces, no hacen el vino que les gustaría hacer. Se los he escuchado. Su trabajo, por lo general, se limita a diseñar lo que pide tal o cual mercado o el estilo que - se supone- deben tener sus vinos. Es algo así como el pintor al que le piden una naturaleza muerta que pegue con el color de las cortinas. El tipo va y lo hace. Gana su plata y se gana la vida en un trabajo como cualquier otro.

Lo que siempre me ha intrigado, sin embargo, es qué harían estos enólogos si tuvieran libertad para hacer lo que quisieran. Álvaro Espinoza, por ejemplo, a comienzos del milenio se fue de Carmen para enfocarse en sus proyectos personales. En Carmen, él tenía buena parte del control. Nunca lo escuché quejarse de no hacer lo que quería, pero aun así se marchó en busca de aventuras. ¿Y qué fue lo que hizo sin la presión comercial de una viña enorme? Lo que hizo fue Antiyal, un vino de tremenda personalidad. Espinoza se la jugó bien.

Hasta hace muy poco, casos como el de Espinoza eran escasos, principalmente porque muchos dueños de viñas no permiten que sus enólogos tengan proyectos personales paralelos. No se por qué, la verdad. A mí eso me parece de una miopía que asusta. Sin embargo, hoy existe una buena camada de winemakers que están luchando por expresar su talento más allá de la marca para la que trabajan. Es el caso, por ejemplo, de Sven Bruschfeld (Viña Santa Carolina) y su syrah Polkura del Valle de Colchagua; el de Rafael Tirado (ex enólogo de Veramonte) y su tinto Ribera del Lago; Ed Flaherty (Grupo Tarapacá) y su vino Flaherty. También el sauvignon Ventolera de Ignacio Recabarren (Concha y Toro), el novísimo Riesling Meli, de Adriana Cerda (Lagar de Bezana) y Sigla de Cecilia Guzmán (Haras de Pirque), José Pablo Martin (Tamaya) y Piere Viala (Calama Wines).

Una lista para nada despreciable que, seguro, crecerá porque el asunto es una tendencia sólida. Lo que rescato, sin embargo, no es la calidad de los vinos (que la hay) sino la oportunidad que veo aquí para hacer cosas nuevas, para no estar regidos por el mercado, para perder plata haciendo lo que quieren hacer y no lo que les ordena el gerente de marketing. Aún es temprano para saber si ésas son sus intenciones, pero si lo son (cruzo los dedos), esta es una de las mejores noticias que yo he tenido del vino chileno en mucho tiempo.

Patricio Tapia.

jueves, junio 21, 2007

FESTIVAL DE FONDUE EN MATIZ VINO Y SABOR

TODO EL MES DE JUNIO NO SE PIERDA EL FESTIVAL DE FONDUE EN MATIZ VINO Y SABOR.

viernes, abril 27, 2007

SE PRESENTA COMO ´DEL SIGLO XXI´ VINHO VERDE: VIÑAS NUEVAS EN LADERA, MITAD DE RENDIMIENTO

El 'vinho verde', un vino de características únicas producido en la región del Minho, al norte de Portugal, intenta conquistar nuevos consumidores, presentándose como una bebida moderna y joven. "Nuestro vino verde se adapta perfectamente a la forma de vida del siglo XXI", estima Manuel Pinheiro, presidente de la comisión de viticultura de la región de los vinos verdes. "El gran secreto de los vinos verdes es su frescura y su acidez equilibrada, muy en consonancia con la nueva gastronomía", explica, por su parte, el enólogo Antonio Luis Cerdeira.

Casal Garcia, Mateus o Aveleda figuran entre la cincuentena de marcas de 'vinho verde' producidas en la región. Dominada por el color verde de las viñas, la región del Minho, con su clima soleado y bastante lluvioso, se caracteriza por un marco natural salvaje, surcado por el Douro (Duero), procedente de España, que atraviesa el norte del país entre montañas y colinas. Estas características geográficas y climáticas convierten al vino verde, obtenido a partir de cepas autóctonas cuidadosamente seleccionadas, en una bebida única. Los racimos son prensados a baja presión y la fermentación se efectúa a temperaturas controladas de entre 18 y 20 grados.

De aspecto limpio y brillante, con un aroma dulce y delicado, el vino verde es un vino joven, equilibrado, a menudo con gas carbónico residual y ligeramente afrutado. Se bebe frío, para acompañar al pescado. El vino verde se ha convertido en una de las principales actividades de la región, justo por detrás de la producción de leche. Para la mayoría de los 40.000 productores, el vino verde sigue siendo una actividad complementaria, aunque el grueso de la producción se está concentrando cada vez más en manos de un puñado de grandes empresas.
Con unas 35.000 hectáreas de viñedos, es decir con el 15% de la superficie vitivinícola total, la parte alta del valle del Douro (Duero) ofrece una producción media de 70 millones de litros anuales. En 2002, se exportaron unos 8 millones de litros.

El Minho es la segunda región productora de vino en Portugal. Si los vinos del Alentejo dominan las ventas a lo largo del año con una cuota del 34% del mercado, el vino verde los supera en verano.

Los viñedos de la región y los paisajes tradicionales se encuentran en plena mutación. "Antes, la gente se preocupaba por producir mucha cantidad de vino. De ahí que las viñas se plantasen lo más cerca posible de los ríos, para que se beneficiasen de la presencia del agua. Pero la maduración de los racimos no era buena y el vino era muy ácido", explica Pinheiro. "Al subir las viñas a las laderas de la colinas, se produce menos cantidad, pero se consigue una mejor maduración", añade. Es decir, uvas y vino verde de mejor calidad.

Las viñas tradicionales, plantadas en los valles en forma de bancales sobre pérgolas con postes de granito o enredadas alrededor de los árboles, tienden a desaparecer y a dejar su lugar a viñedos clásicos en las ladeas de las colinas. De las 35.000 hectáreas de viñas de la región del Minho, unas 10.000 ya han sido reestructuradas. Y aunque la región tiene una capacidad de producción que puede alcanzar los 8.000 litros por hectárea, la media ha bajado a alrededor de los 4.000 litros por hectárea.

"La gente sigue bebiendo esencialmente vino tinto. Es una moda, pero estoy seguro de que va a cambiar", asegura Paulo Amorim, propietario de la Quinta da Aveleda, una de las más importantes propiedades vitivinícolas portuguesas.

Tomado de:
elmundodelvino.com



LABORATORIOS BUSSIE Y SU PRODUCTO TIPLAC, INVITARON A UN GRUPO DE MEDICOS A UNA CATA DE VINOS EN MATIZ VINO Y SABOR

Todos los invitados de laboratorios Bussie... conociendo sobre el vino y recordando a Tiplac

Muy pendientes los asistentes a la cata con las preguntas .... el grupo fue exelente.Felices se fueron los participantes con las botellas de vino que ganaron en la trivia.
Recuerden cuando habran las botellas INVITEN.. NO?

Velada de Vinos con Cantaburros de España

El gran grupo de amigos que nos acompañaron a la cata de vinos Cantaburros de españa.


Probamos vinos Roble, Crianza y Reserva de la viña bio dinamica de Cantaburros en la Ribera del Duero España.

Mucho roble Frances, y caracteristicas especiales por la calidad de materias primas y cuidados en sus procesos encuentra uno en los vinos de esta viña.





Mmmmmmmm..... Que bouquet. Estos Vinos son importados por Maco comercializadora
Tel. 8934249

UNA NOTA INTERESANTE EN EL MUNDO DE LOS VINOS


SABINE DAURÉ, FUNDADORA DE LAS NIÑAS: La francesa detrás de una viña de mujeres

Llegó hace diez años en búsqueda de un terreno, con tan buen ojo que compró en el valle de Colchagua. Allí Sabine Dauré fundó la viña Las Niñas, donde trabajan sólo mujeres, las mismas que administran sus viñedos en Francia. "Fue una casualidad. Mis hijas, desde chicas, se interesaron por este trabajo".


Por Sylvia Bustamente G. Fotografías: Carla Dannemann.

"Me casé a los 20 años y debo reconocer que no había tomado vino en mi vida, no me gustaba. Mi abuela me decía siempre: Tienes que poner un poco en tu agua, pero yo no quería". Han pasado varios años y esa joven, contra cualquier pronóstico, se convirtió con el tiempo en la fundadora de la viña Las Niñas, la única en Chile manejada enteramente por mujeres. Más aún, su vino Tacón Alto acaba de ser elegido el mejor chardonnay por el concurso Wines of Chile 2007. Sabine Dauré (71) es propietaria además de otras tres famosas viñas al sur de Francia y presidenta de la Fundación Château de Jau, dedicada a la difusión del arte contemporáneo.

La historia con el vino de esta mujer alta, de tez muy clara y con unos ojos azules vivaces, comenzó el día en que contrajo matrimonio con Bernard Dauré, descendiente de una familia viñatera. "La familia de mi marido vive en una región de viñas desde la época de los romanos. Su padre, su abuelo, todo el mundo hacía vino", comenta Sabine. Sus labios están pintados con un suave color beige y su pelo albo está recogido en un moño barquillo que amenaza con desmoronarse a lo largo de la conversación. A ella le encanta hablar, gesticular, y son pocas las veces en que tiene que detenerse a buscar la traducción de una palabra del francés al español.

Divertida y elegante, trae un vestido y chaqueta tres cuartos de tela negra y plisada que recuerdan esa distinción innata de las europeas. "No es difícil envejecer, lo difícil es no tener confianza en tu cuerpo. Estoy leyendo un libro que dice algo así como: Si tienes el corazón muy puro seguirás bella. Aunque no creo que sea suficiente. En nuestra zona hay una chica, Pilar Jorquera, que para mí es una belleza sólida, con un tipo un poco indio, una estatua. Su piel, su cuerpo, todo es firme. Eso es la belleza y la juventud".

Cruzar las fronteras fue algo que siempre tuvieron en mente los Dauré. Un antiguo amigo, profesor de la Escuela de Agronomía de Montpellier, les dijo que las mejores tierras fuera de Francia estaban en Chile. Por eso atravesaron el Atlántico hace ya 10 años en busca de un nuevo terroir. Y lo encontraron en la zona de Apalta, en el valle de Colchagua, en la VI Región. Sabine afirma que fue amor a primera vista. "La cordillera, el océano Pacífico y el clima (con 30 grados en el día y 15, en la noche), es el lugar ideal para una viña y, además, acá hay muy pocas enfermedades. Puedes producir un poco más sin perder la calidad. Seguimos pensando que aunque haya viñas en el mundo que desaparezcan, las chilenas quedarán".

Plantaron cepas francesas en 1998, construyeron una bodega en 1999 y tuvieron la primera vinificación el año 2000. "El vino no se puede comprender de manera abstracta. Lo vas conociendo más y más cada año. Yo nunca he cuidado las viñas directamente, pero para la gente que vendimia es una experiencia fantástica, única. Si vives en el hemisferio norte lo haces una vez al año. Si has trabajado 40 años, tienes 40 experiencias diferentes, pero imagina si lo repites en el hemisferio sur, puedes vendimiar ¡80 veces!".

Cada una de las etapas de la construcción de la viña en Chile fueron supervisadas por Sabine. Ella fue quien a poco de llegar encontró un artículo sobre el arquitecto Mathias Klotz en una revista. Fue a ver su exposición, quedó fascinada, y convenció a su marido de que él era la persona para diseñar la bodega. Hoy este "galpón" es donde se realizan todos los procesos vitivinícolas y se alza como un ícono de vanguardismo en una zona marcada por la tradición.

El nombre de la viña también fue otra de sus ocurrencias. No podía utilizar los de sus viñedos en Francia - Château de Jau, Clos de Paulilles y Mas de Christine- , porque nada tenían que ver con esta nueva aventura. "Veía que trabajábamos sólo mujeres y se me ocurrió Las Niñas; lo encontré simpático. Después supe que puede tener un doble sentido y que 'las niñas' también puede ser entendido como prostitutas. Pero no me molesta esta ambigüedad".

Y es cierto, las que manejan la viña son todas mujeres, desde la enóloga - también francesa- , hasta quienes ejercen los cargos gerenciales, entre ellas sus dos hijas. "Fue una casualidad que haya sólo mujeres. Ellas, desde chicas, se interesaron en este trabajo". Incluso sus retratos acompañan cada una de las etiquetas de los vinos reserva. "Vi esa publicidad de las tres mujeres de una empresa de telecomunicaciones y soñé que nuestras fotografías estaban en un cartel en la Panamericana", recuerda Sabine.

Desde su fundación, en 1996, la viña ha crecido - tiene otro fundo en El Huique- y sus vinos son cada día más reconocidos. "Lo más difícil es adaptarlos al mundo en que vivimos, sin perder la identidad. El vino no es una industria o un arte, sino un producto que empuja a la reflexión porque queda ligado al sitio donde se hace, pero que se vende en unos lugares completamente distintos. Entonces hay códigos, una relación con la tierra y la naturaleza muy importantes. Y también con los clientes. Nunca hay que perder de vista que el vino es primero un placer. Si no, no sirve de nada. Y en este placer hay alcohol y aromas distintos, según los países, los lugares; es como un vocabulario. Poco a poco aprendes este lenguaje, y te produce el mismo placer que leer un buen libro".

- Ustedes producen el vino rosé, que tradicionalmente se ha relacionado con la mujer.

- En Europa, el mercado del vino rosé crece un 30 por ciento al año. Ahora, no hay vino de mujeres o de hombres. Una amiga que trabaja en la tienda de una viña me dijo: Este año hubo un 50% más de mujeres comprando que hombres. Cuando pones una botella de vino rosé en una mesa se va con rapidez y a la mañana siguiente te levantas como si hubieras bebido agua.

- ¿Cómo ve la relación entre las chilenas y el vino?

- Hay bastantes mujeres trabajando en el vino, y pienso que, como sucede en todos los países, habrá cada día más en las escuelas de Agronomía y Enología. Hace diez años, cuando íbamos a restaurantes, la mayoría de la gente tomaba Coca Cola, pero ahora casi todo el mundo bebe vino. Incluso mi peluquera en Santa Cruz me decía: Hace una década bebía chicha, ahora me interesa el vino. El vino es parte del desarrollo.

- ¿Qué diferencias aprecia entre las francesas y las chilenas?

- Cuando llegué, hace diez años, me parecían bastante diferentes. Ahora las veo exactamente iguales. Se visten similar, y las chilenas han adelgazado de una manera fantástica. Han cambiado mucho. En los pequeños pueblecitos donde estamos, sucede lo mismo. Hay una cosa internacional. Pero la realidad francesa es más formal, aquí hay más espontaneidad, amistad y gentileza. La gente en Chile es simpática. Sonríe en los supermercados, son afectuosos, y eso es muy agradable.

Crecer en la posguerra

Poco después de nacer Sabine, estalló la Segunda Guerra Mundial. Su familia vivía en las afueras de la ciudad de Toulouse, en la Cataluña Francesa, donde su padre tenía una fábrica de textiles. Cuando terminó la educación primaria, él la matriculó en un internado de la ciudad para que pudiera terminar el colegio. "Durante el invierno no teníamos ni calefacción, ni agua caliente ni nada. Eran tiempos de la posguerra y comíamos de una manera fatal. Cuando salía era la libertad para mí. Bueno, y esto me ha dado la capacidad de adaptarme a sitios un poco difíciles; tengo casi un amor por los sitios difíciles".

Después de graduarse partió a España donde cursó dos años de Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid. De vuelta a su tierra natal, se casó con Bernard Dauré, con el que acaba de celebrar sus bodas de oro, y con quien tiene tres hijos y ocho nietos. "Hace una semana cumplimos 50 años de matrimonio. Estábamos en Apalta y pensamos hacer una fiesta, como en las películas americanas, ir a un restaurante con las candelas, el champagne, pero finalmente nos quedamos en casa y comimos sopa como cada noche".

Sabine y Bernard pasarán los próximos tres meses en Chile, en su casona de Apalta. Y además de velar por el trabajo en sus tierras, aprovecharán para hacer turismo y conocer algún rincón del país. Sabine, además, ocupa su tiempo en supervisar la campaña de imagen de la viña, escribir cada viernes, religiosamente, a sus amigos en Francia y releer a Dostoievski.

El resto del tiempo el matrimonio vive en Francia. En 1974, compraron unas tierras en el Rosellón francés que miran al mar Mediterráneo, y que fueron las que transformaron en sus viñas hoy conocidas por la excelencia y variedad de sus vinos, así como por sus restaurantes.

El primero lo abrió Sabine en Château de Jau por pura casualidad. Corría el año 1979 cuando en unas grutas del valle de Vézère se descubrieron, por primera vez, restos del hombre de Cromagnon, y la mujer del entonces Presidente Valéry Giscard d'Estaing quiso conocer el lugar. "Su comitiva no tenía dónde almorzar y el prefecto me llamó pidiendo ayuda. Yo, a su vez, llamé a un cocinero amigo con la esperanza de que me viniera a ayudar. Pero no. Me preguntó: ¿Qué comen los empleados de la viña? Y le contesté: Pan con aceite de oliva, jamón y tomate, y salchichas. Me dijo: No tienes que buscar otra cosa, tienes que hacer eso. E hicimos eso más unas costillas de cordero. Luego de una década yo estaba harta de las salchichas e intenté cambiar el menú. Pero la gente que venía, decía: Ah, pero cómo, ¿no hay el pan con tomate? ¿No hay el jamón? Por eso, desde hace casi 25 años hacemos las mismas cosas".

En paralelo, Sabine creó la fundacion dedicada al arte contemporáneo, e invitaba a artistas a pasar una temporada en la viña para luego exponer durante el verano. Ella se preocupaba de que periodistas especializados publicaran notas en los diarios de la zona, lo que atraía visitantes a la viña. "Mi trabajo era, al igual que ahora, la comunicación, la imagen. Al principio la definición no era tan clara. Nuestra región hace muy buenos vinos, pero no tiene la reputación internacional de Burdeos. Entonces el arte era la imagen del vino y, por lo tanto, tenía que ser de calidad, de exigencia intelectual".

Así, quienes visitaban las exposiciones, conocían la viña y remataban el día con una comida servida en un ambiente familiar y acompañado de los vinos de la familia Dauré. Hoy es una realidad común que una viña cuente con su restaurante, pero en esa época la idea de Sabine fue totalmente revolucionaria. "En Chile, en el valle de Apalta, organizamos visitas a la viña y la bodega. Aún no tenemos restaurante, pero en el futuro nos gustaría fundar uno", finaliza.

Las otras mujeres de la viña

Todas las mujeres que trabajan en la viña Las Niñas son francesas y cada una tiene una función específica: Estelle es hija de Sabine y presidenta y gerente comercial de las viñas tanto en Chile como Francia; Régine es hija de Sabine y madre de Alix y de Margaux. Administra los viñedos en Francia; Alix estudia Derecho Internacional en París y todavía no se suma al proyecto, al igual que Margaux, que estudia Biología Ambiental en Australia. En la viña además trabajan Germaine y Emma Florenza, madre e hija y también socias de la viña, y Laurence Real, enóloga y gerente general de la viña Las Niñas en Chile, y una de las responsables del vino Tacón Alto, que se vende exclusivamente en El Mundo del Vino.

viernes, marzo 02, 2007

Que tipos de pan para que tipos de Vino

1) Panes Oscuros

Tipo de Vinos

Cabernet Sauvignon, Syrah, Tannat, Mediolo Italiano.

Este tipo de panes resisten la estructura de los vinos fuertes de alto porcentaje tánico.

2) Panes de grano

Uva Malbec, Cabernet, Merlot.

Con vinos no tan fuertes y con menor cantidad de taninos.

3) Panes Blancos

Pinot Noir, Bardolino, Valpolicella, Chardonnay, Semillón o Viognier.

Son aconsejables los vinos blancos afrutados de cierta estructura.

4) Panes Confitados

Oporto, Late Harvest.

Vinos dulces como los alemanes o alsacianos a base de la uva gewustraminer.

5) Panes Aliñados

Tempranillo reserva, Sangiovese, Chianti reserva.

Vinos de buena crianza, buena estructura sin muchos taninos como algunos españoles e italianos.

Identifican moléculas del vino que mejoran los vasos sanguíneos y bajan la mortalidad

Viernes 1 de Diciembre de 2006
10:15
Agencias

LONDRES.- Investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres y la Universidad de Glasgow, del Reino Unido, han identificado las moléculas que forman parte del vino y que juegan un papel predominante en la mejoría de los vasos sanguíneos y la disminución de la mortalidad.

Los científicos ya sabían que los polifenoles del vino tinto ayudan a eliminar los daños cardiovasculares, pero esta investigación muestra que los taninos condensados llamados procianidines poliméricos son particularmente importantes.

Los científicos compararon los efectos de los vinos tintos de diferentes partes del mundo sobre células de vasos sanguíneos cultivadas y analizaron el contenido de estos polifenoles en cada vino.

Descubrieron que aquellos más ricos en procianidines poliméricos eran los que tenían un mayor efecto protector.

Los investigadores utilizaron los datos del censo francés de 1999 para estudiar áreas asociadas con una alta longevidad y en particular aquellas con una marcada variabilidad en las estadísticas de enfermedad cardiaca, y descubrieron que éstas también eran el origen de vinos que contenían las más altas concentraciones de procianidines.

Los científicos apuntan que la forma tradicional de elaborar el vino, como se sigue practicando en el sudoeste de Francia y Cerdeña, consigue retener una mayor cantidad de estos polifenoles beneficiosos del vino tinto y que la uva de la variedad Tannat es particularmente rica en este componente.

Aunque la investigación demuestra el efecto "in vitro", los científicos señalan la necesidad de investigaciones posteriores para comprender cómo se podrían conseguir tales beneficios en los organismos vivos.

viernes, febrero 09, 2007

CUMPLEAÑOS DE ANDREA AGUIRRE SARRIA EN MATIZ VINO Y SABOR

Todas esperando la paella, que hambre.
PAELLA OFRECIDA PARA EL CUMPLEAÑOS DE ANDREA AGUIRRE SARRIA.
Como no lo invitaron Carlos el esposo se ofreció como mesero.